Hay que ofrecer pruebas genéticas a mujeres mayores de 65 años con cáncer de mama, sugiere estudio de Mayo Clinic
A la mayoría de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama después de los 65 años se les debe ofrecer pruebas genéticas para cáncer hereditario, dice el estudio del Dr. Fergus Couch, médico perteneciente al Centro Oncológico de Mayo Clinic, y de sus colaboradores del consorcio CARRIERS. El estudio se publicó en la Revista de Oncología Clínica.
El Dr. Couch dice que según las pautas actuales, las mujeres mayores de 65 años rara vez califican para pruebas genéticas sobre cáncer hereditario, porque se considera que muestran tasas bajas de mutaciones genéticas en los genes para cáncer de mama.
«En la mayoría de los estudios sobre los genes del cáncer de mama, no se ha analizado a estas mujeres mayores, diagnosticadas después de los 65 años», explica el Dr. Couch. Añade que estos estudios principalmente han hecho pruebas en mujeres con fuertes antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario, en lugar de hacerlo entre la población general con cáncer de mama. El propósito de los investigadores al estudiar a mujeres mayores pertenecientes a la población general con cáncer de mama era determinar si se les debía ofrecer pruebas genéticas de forma habitual.
«No estábamos seguros de qué mostraría este estudio sobre la población con más edad y cáncer de mama, pero los resultados sustentan el concepto de hacer pruebas de forma más amplia, independientemente de la edad o los antecedentes familiares», afirma el Dr. Couch.
Los investigadores evaluaron a mujeres diagnosticadas con cáncer de mama después de los 65 años y las cotejaron según edad, raza y origen étnico con mujeres no afectadas de una población más grande y correspondiente al estudio CARRIERS.
«En los genes accionables para riesgo de cáncer de mama, descubrimos la presencia de mutaciones en el 3,2 por ciento de las mujeres con esa enfermedad», dice el Dr. Couch.
Cuando los investigadores consideraron solamente los genes de alto riesgo para cáncer de mama, entre ellos BRCA1, BRCA2 y PALB2, descubrieron que el 1,35 por ciento de las mujeres con cáncer de mama mostraba mutaciones y que más del 2,5 por ciento de las mujeres con cáncer de mama negativo al receptor de estrógeno tenía mutaciones de alto riesgo, independientemente de la edad.
«Dado que una frecuencia de mutación del 2,5 por ciento suele generar la realización de pruebas genéticas, estos resultados plantean que se debería ofrecer pruebas genéticas para cáncer hereditario a todas las mujeres con cáncer de mama negativo al receptor de estrógeno y quizá a todas las mujeres con cáncer de mama, incluidas aquellas diagnosticadas después de los 65 años.
El Dr. Couch también indica que las mujeres mayores de 65 años con mutaciones de alto riesgo podría beneficiarse de las terapias dirigidas y de mejores evaluaciones de riesgo para cáncer de mama secundario. Añade que a los familiares de estas mujeres también les beneficiaría esta evaluación del riesgo.
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